Desde Ushuaia volamos hasta la Patagonia argentina. En el trayecto hasta el hotel, sorprende un paraje yermo donde no hay árboles ni arbustos, apenas unos pequeños matojos que no levantan ni un palmo del suelo. Conforme nos acercamos al Calafate, a un lado de la carretera continúa el desierto, al otro el bello azul del lago Argentino.
El Calafate es poco más que un pueblo-dormitorio para los turistas, llegados hasta aquí para visitar los glaciares. En el pueblo sólo hay una calle principal de comercios, bares y restaurantes. El resto son hospederías, hoteles y algunas casuchas de los habitantes locales. A finales de febrero, hace realmente calor de verano, parece mentira que cerca estén los glaciares.
[]1El Parque Nacional de los Glaciares dista unos 50 km del Calafate, distancia que transcurre por ese paraje yermo que no hace presagiar que esté cerca la belleza del Parque []3Nacional. Ya desde la entrada al Parque el paisaje cambia, se llena de árboles y las montañas se cubren de nieve en sus cimas. Hasta allí se puede ir en autobús, en excursiones organizadas, o en taxi. Nosotros elegimos una excursión que nos llevó hasta el glaciar Perito Moreno. Durante un par de horas estuvimos mirándolo de frente, y pudimos escuchar y presenciar algunos de sus imponentes desprendimientos. Tiene unas dimensiones apabullantes y su color azul te hipnotiza, no puedes dejar de mirarlo, esperando a que se produzca el siguiente estruendo sobre el agua.[]2
Esa tarde, tras una corta navegación por delante del glaciar, nos llevaron a hacer un minitrekking de una hora y media sobre el Perito Moreno. Nos colocaron crampones en las botas, y tras unas pequeñas recomendaciones, nos guiaron sobre el hielo. El guía nos explicó por qué este glaciar avanza y se desplaza tan rápidamente, precisamente por el deshielo, que hace que la base del glaciar se deslice sobre el agua. Caminamos por las pendientes de hielo y pasamos junto a grutas de vértigo de color azul turquesa. Fue la mejor experiencia de todo el viaje.
Al día siguiente hicimos una excursión en catamarán que nos acercó a ver otros 5 glaciares, entre ellos el mayor de todos, el glaciar Upsalla. Durante la navegación quedamos absortos por los numerosos icebergs que se avistaban por todas partes, fragmentos de los glaciares aún más azul que aquellos. Si no fuese por el viento, podríamos haber estado en cubierta en manga corta, te choca ver tanto hielo a esas temperaturas, es fascinante.
Por más lejos que esté Argentina, uno se ve compensado cuando ve con sus propios ojos estas maravillas de la naturaleza que no se dan así en ninguna otra parte del mundo.